Feminismo, Epistemología y Responsabilidad Social

En su obra de 1995, Haraway destaca la intersección entre el feminismo y la formación de conocimientos, señalando cómo el movimiento feminista ha fusionado el saber y la acción para alcanzar metas específicas. Este enfoque ha valorado la experiencia compartida como un elemento esencial para la movilización y la construcción de una identidad colectiva, a pesar de las contradicciones inherentes que pueden surgir. 

La conciencia de las injusticias sociales, como el género, la raza y la clase, ha sido un logro significativo en respuesta a la opresión histórica. La epistemología feminista ha permitido a las mujeres tener voz, autoridad y agencia en la investigación científica, desafiando los sistemas patriarcales y coloniales. Haraway subraya la importancia de los conocimientos situados, argumentando que la posición desde la cual se produce el conocimiento implica una responsabilidad ética.

Los conocimientos situados se construyen desde una perspectiva consciente de las estructuras de poder y las relaciones sociales, reconociendo la necesidad de representar al sujeto como un actor y agente, no como un recurso. Este enfoque también aborda la necesidad de desarrollar conciencia sobre las categorías impuestas por sistemas opresivos, como el patriarcado y el colonialismo, y reconoce la responsabilidad de quienes producen conocimiento en contextos sociales, culturales y políticos específicos.

Es importante comprender la distribución de los conocimientos, ya que esto influye en las desigualdades entre personas y naciones. Pues, el acceso desigual a la información puede limitar el desarrollo y el bienestar social (Espinoza y Jackson, 2019). En esa misma línea, se sugiere que las universidades pueden desempeñar un papel crucial en la creación de conocimientos colectivos al colaborar con comunidades locales (Levine, 2016).

Las nuevas tecnologías digitales están transformando la sociedad y ofreciendo oportunidades para la participación de las mujeres, lo que puede reconfigurar los procesos de creación de conocimientos (Wajcman, 2006). La inclusión de la perspectiva feminista en la ciencia y la tecnología es fundamental para abordar la brecha de género, desafiando la neutralidad y objetividad percibidas en la investigación científica y tecnológica. Este enfoque busca promover procesos inclusivos y equitativos, reconociendo la diversidad de perspectivas y la contribución de las mujeres en la construcción de conocimiento. La falta de perspectiva de género y el determinismo tecnológico pueden perpetuar las desigualdades de género y reproducir asimetrías estructurales según la CEPAL (2023).

Referencias

1. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2023): La igualdad de género y la autonomía de las mujeres y las niñas en la era digital: aportes de la educación y la transformación digital en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: CEPAL.
2. Haraway, Donna (1995): Ciencia, Cyborgs y Mujeres. La Reinvención de la Naturaleza. Madrid: Cátedra.
3. Levine, P. (2016). La acción colectiva, el compromiso cívico y el conocimiento como bien común. En Hess, Ch. y Ostrom, E. (2016) Bienes Comunes del Conocimiento.  Traficantes de sueños y IAEN. Quito, Ecuador.
4. Wajcman, Judith (2006): El Tecno Feminismo. Madrid: Cátedra.

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